El hombre es el dueño del pensamiento,
el moldeador de su caracter y el hacedor
de las condiciones, entorno y el destino.
La mente de un hombre podria compararse con un Jardin que puede ser
cultivado inteligentemente o abandonado a su suerte, pero, tanto si es
cultivado como si es abandonado, DARA SUS FRUTOS.
El hombre descubre tarde o temprano que es el Maestro Jardinero
de su Alma y el director de su vida.
Pensamiento y carácter son uno, y como el carácter sólo se puede
descubrir y manifestar a traves del entorno y las circunstancias, las
condiciones externas de la vida de una persona siempre resultarán
estar relacionadas con su estado interno.
Cada hombre está donde está por la ley de su ser; los pensamientos que
ha construido en su caracter lo han llevado hasta ahí.
Como un ser que progresa y evoluciona, el hombre està para aprender
y crecer.
Al aprender la leccion espiritual que cada circunstancia contiene, ésta se
desvanece y da lugar a otras circunstancias.
El hombre es golpeado por las circunstancias, mientra sigue creyendo que
es victima de las circunstancias externas, pero cuando se da cuenta que
es el CREADOR de su destino, se convierte en amo y señor de si mismo.
El Alma atrae aquello que secretamente abriga, aquello que ama y aquello
que teme, y las circunstancias son los medios por los cuales recibe lo suyo.
El hombre como amo y señor del pensamiento, es el hacedor de si
mismo y autor de su entorno.
El hombre no atrae aquello que quiere, sino aquello que es.
El hombre esta ansioso por mejorar sus circunstancias, pero no
quiere mejorarse a si mismo y en conesecuencia, permanece atado.
El hombre sólo comienza a ser un hombre cuando deja de quejarse
e injuriar y empieza a buscar la justicia escondida que regula su vida.
El sufrimiento es siempre el resultado del pensamiento equivocado
en alguna dirección.
El mundo es un calidoscopio , y las variadas combinaciones de colores
que se te presentan en cada instante sucesivo, son la imagenes
exquisitamente ajustadas de tus pensamientos que siempre estan
en movimiento.
En esta direccion , solo con paciencia, practica, y porfía incesantes,
puede el Hombre entrar por la puerta del Templo de la Sabiduría.
cultivado inteligentemente o abandonado a su suerte, pero, tanto si es
cultivado como si es abandonado, DARA SUS FRUTOS.
El hombre descubre tarde o temprano que es el Maestro Jardinero
de su Alma y el director de su vida.
Pensamiento y carácter son uno, y como el carácter sólo se puede
descubrir y manifestar a traves del entorno y las circunstancias, las
condiciones externas de la vida de una persona siempre resultarán
estar relacionadas con su estado interno.
Cada hombre está donde está por la ley de su ser; los pensamientos que
ha construido en su caracter lo han llevado hasta ahí.
Como un ser que progresa y evoluciona, el hombre està para aprender
y crecer.
Al aprender la leccion espiritual que cada circunstancia contiene, ésta se
desvanece y da lugar a otras circunstancias.
El hombre es golpeado por las circunstancias, mientra sigue creyendo que
es victima de las circunstancias externas, pero cuando se da cuenta que
es el CREADOR de su destino, se convierte en amo y señor de si mismo.
El Alma atrae aquello que secretamente abriga, aquello que ama y aquello
que teme, y las circunstancias son los medios por los cuales recibe lo suyo.
El hombre como amo y señor del pensamiento, es el hacedor de si
mismo y autor de su entorno.
El hombre no atrae aquello que quiere, sino aquello que es.
El hombre esta ansioso por mejorar sus circunstancias, pero no
quiere mejorarse a si mismo y en conesecuencia, permanece atado.
El hombre sólo comienza a ser un hombre cuando deja de quejarse
e injuriar y empieza a buscar la justicia escondida que regula su vida.
El sufrimiento es siempre el resultado del pensamiento equivocado
en alguna dirección.
El mundo es un calidoscopio , y las variadas combinaciones de colores
que se te presentan en cada instante sucesivo, son la imagenes
exquisitamente ajustadas de tus pensamientos que siempre estan
en movimiento.
En esta direccion , solo con paciencia, practica, y porfía incesantes,
puede el Hombre entrar por la puerta del Templo de la Sabiduría.
Extracto libro de James Allen